1.  Primero, No seas un cerdo egoísta
2. Además, Cortarás el cordón umbilical
3. Así mismo, Mantendrás una comunicación fluida
4. Por lo tanto, Harás que el conflicto sea tu aliado
5. No te endeudarás
6. Huirás de la tentación sexual (Internet y otras)
7. Perdonarás a tu pareja 490 veces y muchas más
8. Con ejemplos Mantendrás la llama de tu hogar siempre encendida
9. Volverás a empezar una y otra vez
10. Finalmente, Constituirás un equipo ganador.
11. Esto y muchas cosas más.

EL PLAN PERFECTO DE DIOS Dios realizó la primera ceremonia matrimonial:

una hermosa boda en el jardín en un día perfecto en la que un hombre perfecto se

casó con una mujer perfecta. Adán y Eva lo tenían todo.

¡Solo imagina! Adán realmente podría decirle a Eva: «¡Eres la única chica en el mundo

para mí!» Y nunca escucharía de Eve esas inquietantes palabras:

«Déjame contarte sobre el hombre con el que podría haberme casado».

Esta primera pareja disfrutó de una relación de amor perfecta, la clase de relación

que Dios quería que un marido y una esposa compartieran durante toda la vida.

Adán y Eva vivieron durante algún tiempo en perfección sin pecado, disfrutando de un

jardín prístino donde Dios los visitó y caminó con ellos en el fresco de la tarde.

Ni siquiera una pizca de pecado o imperfección estropeaba el cuadro.

La Biblia nos dice que Adán y Eva caminaron desnudos por el jardín pero no sintieron vergüenza ni vergüenza (Génesis 2:25). Y su desnudez iba más allá de lo meramente

físico; permanecieron totalmente transparentes unos con otros y con Dios.

Dios había prometido a esta primera pareja grandes bendiciones y les había dado el

manejo del jardín… con una sola condición. «Todo este jardín es tuyo», le dijo Dios a Adán,

«y puedes comer el fruto de cualquier árbol o planta, es decir, de todos menos uno.

He colocado un árbol en medio del jardín del cual no podrás comer». .

Si comes de este árbol, obtendrás el conocimiento del bien y del mal, y no estás preparado para soportar el peso de ese conocimiento. Si comes de ese árbol, morirás” (vv. 16-17). , paráfrasis del autor).

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