Usted puede y debe ¡Cambiar el Mundo!

En primer lugar, si no le gusta el mundo en el que vive, pues cámbielo. Durante muchos años, el mundo cristiano no ha tenido interés por las manifestaciones visibles del Reino de Dios en la tierra, porque piensan que «con lo que creo es suficiente». Sin embargo, para muchos no es así. En efecto, nuestra primera labor en la tierra es trabajar junto con el Espíritu Santo para que el Reino de Dios avance aquí y ahora, es decir, experimentar el cielo en la tierra.

Por ejemplo, usted puede ver cómo su mundo cambia de mundano a bueno. Además, puede ser agente del poder y el amor de Dios en este mundo tan necesitado. Así mismo, puede transformar la tierra si permite que el Espíritu Santo desate el poder de Dios a través suyo. Por lo tanto, salga del conformismo y tome el poder y la autoridad dada a todos los hijos de Dios.

De hecho, el Reino de Dios no es cuestión de comida o bebida sino de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo, como dice Romanos 14:17. En este sentido, nuestra misión es ser instrumentos de esa justicia, paz y gozo en nuestras vidas cotidianas. Además de esto, trabajar junto al Espíritu Santo nos permite ver transformaciones tangibles y significativas en nuestro entorno.

En conclusión, el llamado a cambiar el mundo es una responsabilidad que todos debemos asumir. Por lo tanto, tome la iniciativa y permita que el poder de Dios actúe a través de usted. A través de su fe y acciones, puede hacer una diferencia real y duradera. Así, verá cómo su mundo y el de quienes le rodean se transforma para mejor, reflejando el Reino de Dios aquí en la tierra.