En la búsqueda de Dios 

En la búsqueda de Dios . Intentando atrapar la presencia de Dios

¿Qué es un buscador de Dios?

Un buscador de Dios es un individuo cuyo hambre excede su alcance.

Un buscador de Dios es una persona cuya pasión por la presencia de Dios le empuja a perseguir lo imposible con la esperanza de que lo inalcanzable pueda alcanzarle. Un niño persigue a un padre amoroso hasta que, de repente, los fuertes brazos del padre envuelven al perseguidor. El perseguidor se convierte en cautivo; el perseguido, en captor. Pablo lo expresó de esta manera: «Persigo para atrapar lo que me apresó» (Fil. 3:12).

Job era un buscador de Dios. Dijo: «¡Oh, si supiera dónde puedo encontrarlo!». David lo era; dijo: «Mi alma te sigue con ahínco». Pablo también lo era: «Para conocerlo….» Los caminos apasionados de los buscadores de Dios se pueden rastrear a través de las páginas de la historia, desde Moisés el tartamudo, David el cantante y Pablo el predicador itinerante, hasta personajes contemporáneos como A.W. Tozer, Leonard Ravenhill e innumerables otros que comparten un vínculo común: un hambre insaciable por conocer a su Señor. Se trata de personas que, por su incansable y apasionada búsqueda de Cristo, a menudo parecen tontas a los ojos de los demás. Sin embargo, habiendo probado su bondad y vislumbrado lo invisible, no podían estar satisfechos con nada menos.

«Debo advertirle que este es un libro peligroso. Si te sientes cómodo y complaciente y quieres seguir así, ¡ni siquiera abras sus páginas!»

-Cindy Jacobs, cofundadora de Generals of Intercession

Autor del Libro En la búsqueda de Dios

Tommy Tenney

Tommy Tenney es la voz más joven de tres generaciones del ministerio. Nacido en 1956, comenzó a predicar a los 16 años. Tommy ha pasado casi 10 años como pastor y más de 17 años en el ministerio móvil, viajando a más de 30 naciones y a la mayoría de los estados. También publica el boletín «The Cutting Edge».

Tommy es un reconocido avivador y ha sido utilizado tanto para encender como para alimentar los fuegos del avivamiento. Ha experimentado lo milagroso, pero lo más importante es que conoce el valor de la intimidad y la humildad ante Dios. La magnífica obsesión de su vida es la búsqueda de la presencia manifiesta de Dios.

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