La mayoría de nosotros aceptamos el testimonio bíblico de que hay un Dios que gobierna en el cielo y en la tierra(aunque no siempre aceptemos todo lo que las Escrituras dicen de Él). Sin embargo, sentimos menos certeza respecto a otras verdades espirituales como el cielo, el infierno,los ángeles, los demonios y el príncipe de éstos, Satanás. Somos como el «paciente» de Orugario, quien, en palabras de Escrutopo, «incluso dudó de su existencia» hasta la que la muerte trajo plena claridad.¿Por qué se nos dificulta aceptar estas cosas? Dios no es menos invisible para nosotros, pero creemos en Él y lo adoramos. Es más, aceptamos por completo que seres como los microbios y los gérmenes existen, así no podamos verlos a simple vista.Cuando se trata de lo que creemos me inquieta nuestra selectividad, puesto que el cielo, el infierno, los ángeles y los demonios se enseñan como una realidad en las Escrituras tanto como Dios mismo.
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